Última foto a la veterana silla con miles de horas de combates aéreos, navales y terrestres, de heavy metal y demás estilos emparentados; de largos trasnochos y de compartir con mis amigos más cercanos; e inclusive de hartas dudas, tristezas, soledad y fuertes depresiones.
   Si mal no recuerdo, la conseguí ya en la 'Quinta Gótica', creo que cuando tenía 18 años, y enseguida se convirtió en la silla de mi estudio. No era especialmente cómoda, pero la usaba sin demasiado esfuerzo, aunque con las horas terminaba doliendo.

   Fue regalada, el día 22, en una masiva despedida de mis libros, cual flota germana inmolándose frente a Scapa Flow. Se encontraba en la casa de mi mamá en Guarenas, tras dejar atrás aquel legendario 'Nido del Águila'. Ya no la podía usar y al llegarle la hora también a esa casa, al partir mi mamá definitivamente para España, primero tuve que deshacerme de emergencia (¡y vaya ultimátum de emergencia) de unas 25 cajas de libros y revistas (toda una odisea de stress) en diversos estados de conservación y de putrefacción (por la gran humedad acumulada por los años en el 'Monte Olimpo'). Ahí llore la partida de varios de mis libros preciados; aunque aún me apego a los más queridos. Tras los libros también salió la silla. La muerte está cerca...

P.D.: Si llega a ver por casualidad alguien que lea esto y que no sea alguno de los jinetes del apocalipsis que fueron mis amigos, le aclaro que la Quinta Gótica, el Nido del Águila y el Monte Olimpo es la misma casa, metida en una montaña en los Altos Mirandinos.